viernes, 16 de septiembre de 2011

Visito exposición Madre Teresa de Calcuta

Días atrás, mi primo Alejandro,en su blog Creyentes y responsables aludía a una exposición muy recomendable y atractiva. Os pongo el enlace de su noticia

http://blogs.periodistadigital.com/creyentes-y-responsables.php/2011/09/11/vale-la-pena-y-es-urgente-porque-se-acab


A mí, al leerla me picó el gusanillo y me apetecía ir, quise estar cerca de la Madre Teresa de Calcuta.

No obstante, enseguida me entraron algunas dudas: ¿para qué ir si no la vería? ¿Cómo la iba a disfrutar si, sin duda, no sería accesible? Seguro que eran fotografías y cosas encerradas tras la inevitable vitrina.

Pero, en fin, pudo más el afán por hacerme presente y no privarme de ella. Además, tal vez, a la Madre Teresa, ella siempre deseosa de hacer el bien, le gustase que un ciego la fuese a visitar y me ayudaría.

Se lo comenté a mi amiga Elena, sabedor de que a ella también le interesaría y porque yendo juntos, el camino de las dificultades se allana.

Así que esta tarde, ni cortos ni perezosos, nos hemos dirigido al lugar de la exposición. Pensé que nos costaría más encontrarlo pero elena y la ayuda de dos trabajadoras de Caja Duero que, casualmente, iban por cerca de la calle en cuestión, han hecho que llegáramos en un periquete.

A la entrada, una amabilísima señora se ha ofrecido para enseñárnosla. Nos hemos cogido de su brazo y nos ha ido relatando la vida de la beata: sus años de niñez en Albania, su vocación por ayudar al prójimo, su estancia en el colegio de Loreto y la llamada de Jesús para que ayudase a los pobres.

En un punto determinado nos ha explicado que se podían contemplar los muebles de la habitación donde dormía. Es más, nos ha hecho sentir privilegiados porque ha retirado el cordón de seguridad y hemos podido tocarlos. Ha sido muy emocionante sentir como era la humilde cama donde dormía, el pequeño armarito en el que guardaba sus pequeñas pertenencias y el escritorio donde escribía cartas y atendía el teléfono, teléfonos mejor dicho porque eran dos los que utilizaba para estar siempre disponible.

Con emoción, tras esa experiencia, hemos seguido recorriendo las distintas salas hasta llegar a una parte que representa cómo oraba, con una escultura suya en posición postrada (también la hemos podido tocar) y en la que, en una bandeja se encontraban depositadas unas tarjetas con frases dichas por la madre. Tanto elena como yo hemos cogido una puramente al azar. Es como si ella nos hubiera dedicado su pensamiento y bondad.

Lástima ha sido que, por nuestro desconocimiento del inglés, no hayamos podido ver el documental que recoge su voz e imágenes.

Pero os aseguro que ha merecido enormemente la pena. Os animo a que vayáis a verla, la han prorrogado un mes más.

Me he venido con el alma reconfortada y el ánimo renovado con un deseo: el de seguir su consejo: “sonreídle al mundo porque cuando sonreís, Dios sonríe también.”

Gracias emocionadas a la señora que nos ha ayudado,que ha sido luz para mí, que nos ha obsequiado con símbolos de la Madre Teresa para recordarla y gracias a Elena por haber querido acompañarme.

1 comentario:

Momentos dijo...

Buscando datos sobre la exposición de madre Teresa he llegado hasta tu blog. Enhorabuena.

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