martes, 27 de septiembre de 2011

El delantal de la abuela

Esta semana está dedicada especialmente a la figura del abuelo.
Quiero sumarme, modestamente, a ella y rendirle homenaje con este texto que ayer, una buena amiga, me remitió.
Al mismo tiempo, recibía las palabras que mi sobrina mayor escribió en recuerdo de su bisabuelo Alejandro, un año después de su muerte. Palabras que me impresionaron y que son muestra de su carácter bondadoso, todo un ejemplo. Palabras que hablan al corazón y que él, sin duda, escuchó porque ahora sí, ya puede oírlas.
Que no olvidemos la importancia que entrañan los abuelos / yayos, que les comprendamos y respetemos.
Ah, y mi retina aún conserva la imagen de ese otro delantal a cuadros blancos y negros que portaba mi abuela Susana, no la he olvidado, cómmo hacerlo.

¿Te acuerdas del delantal de la abuela?
La principal función del delantal de la abuela era proteger el
vestido que estaba debajo, pero además servía de agarradera para
retirar la sartén más que caliente del fuego.
Era una maravilla secando las lágrimas de los niños, y en ciertas ocasiones,
limpiando sus caritas sucias.
El delantal servía para transportar desde el gallinero los huevos,
los pollitos que necesitaban terapia intensiva, y a veces los huevos golpeados
que terminaban en la hornalla.
Cuando llegaban visitas, el delantal de la abuela servía de refugio a
los niños tímidos, y cuando hacía frío, la abuela se envolvía los
brazos en él.
Aquel viejo delantal, agitado sobre el fuego, oficiaba de fuelle. Y
él era el que cargaba con las papas y la leña hasta la cocina.
Servía también de canasto para llevar las verduras desde la huerta.
Después de usarse en la cosecha de las arvejas, le tocaba el turno
con los repollos.
Con él se recogían los frutos que caían de los árboles al terminar el
verano.
Cuando alguien llegaba inesperadamente, era sorprendente la rapidez
con que el viejo delantal podía sacar el polvo de los muebles.
Cuando se acercaba la hora de comer, la abuela salía a la puerta y
agitaba el delantal, y entonces los hombres que estaban en los campos
comprendían de inmediato que el almuerzo estaba listo.
La abuela también lo usaba para colocar en la ventana la torta recién
sacada del horno, para que se enfriara.
Actualmente, por el contrario, la nieta coloca la tarta en el mismo lugar,
pero para que se descongele.
Pasarán largos años antes de que alguien invente un objeto que pueda
reemplazar aquel viejo delantal que tantas funciones cumplía…

2 comentarios:

Momentos dijo...

Nunca se me hubiera ocurrido una descripción de los usos del delantal tan acertada como esta. Un saludo

Marina-Emer dijo...

BUENOS DÍAS Y POR PARTES ...PRIMERO GRACIAS POR TU CARIÑOSA VISITA Y A LA VEZ HERMOSAS PALABRAS SOBRE MI POESÍA .
Tu entrada está llena de ternura para los pades de nuestros padres "los abuelos", yo me crié con ellos desde que nací en su casa por estar mis padres en su casa disfrutando vacacines ,asi que alli nací y ya no me marché con mis padres hasta acabar mis estudios o sea media vida y por ello sé lo que representan los abuelos y ahora más ya que las mamás trabajan y gracias a lo abuelos pueden hacerlo.
gracias por tu amistad
besos
Marina

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