miércoles, 5 de diciembre de 2007

La belleza de la Tierra

Con frecuencia oímos hablar del tan traído y llevado cambio climático. Como cualquier tema que se pone de moda, tiene su gran parte fundada pero también su cuota de demagogia.
Yo, sin pretender polemizar, quiero aportar mi opinión y mi granito de arena al tema.
Sin duda, la evolución socio-económica de una buena parte del Planeta ha hecho que los fenómenos que tradicionalmente se generaban en edades cósmicas (millones de años) ahora se hayan acortado notablemente, sufriendo incluso alteraciones.
Pienso que debemos ser realistas y decidir qué futuro queremos para nosotros y en general. ¿Queremos disfrutar de los actuales niveles de comodidades y adelantos? O, por el contrario, ¿retroceder a unos tiempos pretéritos de vida agraria?
Lo ideal, evidentemente, sería conjugar progreso con conservación ecológica, pero entonces aparece un nuevo factor: el coste.
Si abogamos por unos medios y unos productos no contaminantes el precio de los bienes de consumo se encarece, con lo cual tal vez no podríamos acceder a ellos.
Es fácil caer en lo deseable sin pararnos a contemplar los contras. ¿Quién no quiere que no haya contaminación, que todo sea natural y limpio? Ahora bien o, ¿quién está dispuesto a renunciar a utilizar el aire acondicionado en verano, al coche propio para moverse casi hasta la vuelta de la esquina, etc.?
Se hacen declaraciones grandilocuentes, más o menos bienintencionadas, pero al final el problema sigue ahí.
Si estudiamos la historia de la Tierra vemos que ha habido sequías, épocas de glaciación, cambios morfológicos en los océanos y en la superficie de los continentes, etc. Parece que los fenómenos que nos suceden actualmente sean nuevos, fácilmente se cae en el alarmismo.
Yo creo que hay que poner una nota de cordura, analizar con rigor los problemas derivados del mundo actual y adoptar medidas plausibles, realistas y ajustadas a cada entorno.
Es evidente que hay que frenar tendencias irracionales, rayanas en la delincuencia y atajarlas con firmeza y sin complejos.
Y que cada cual, en la medida de sus posibilidades y su posición social o de responsabilidad colaboremos en dotarnos de un mundo más limpio, sano y acogedor.
Los gobiernos, las grandes organizaciones supranacionales y empresariales deberán crear marcos de actuación racionales y destinar líneas de investigación al tema, concretando medidas factibles.
Y cada uno de nosotros contribuir a su ejecución y mejora.
Debemos concienciarnos en que el agua es un bien escaso, que podemos renunciar a un poco en pro de una mejor calidad de vida, sobre todo en los países del primer mundo, pero no podemos asumir un papel que no nos corresponde. ¿De qué sirve no bañarnos, si luego resulta que la red de cañerías de la ciudad es deficiente y por mal mantenimiento, se producen averías, con las consiguientes pérdidas de agua? ¿De qué me sirve a mí no encender la luz, si luego un edificio de oficinas mantiene toda su instalación encendida el día entero, a pleno sol?
Concienciémonos del tema, pero evitemos ser manipulados por intereses bastardos que lo único que provocan es rechazo.
Y para que os alegréis la vista y os animéis al compromiso serio, os pongo unas imágenes de paisajes hermosos que aún hoy podemos disfrutar. Que os gusten. Simplemente, pinchad en el enlace de más abajo.




http://www.youtube.com/watch?v=nEd8tW6tb-o

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy realista tu razonamiento, mi querido amigo, si las personas no bastardizaran las palabras y los actos, el mundo giraria con ruedas redondas y no cuadradas...pero tambien se debe agregar que hoy por hoy..las noticias nos llegan en segundo y eso es lo que usan criminalmente los que quieren someter a las masas ...hermoso tu bosquejo! besitos!!

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