sábado, 24 de octubre de 2015

Reforestando con BBVA: no hay quinto malo



Hace justo hoy un año dije: “Cómo no escribir, siquiera unas sencillas líneas de agradecimiento a Voluntarios BBVA, a Diego Cruz y Paco Alvarez, Joaquín Santos y resto de buenas gentes que hoy, otro año más, me han acogido con el cariño y naturalidad de siempre… Bueno, que en 2015 pueda volver a tener el lujo de recibir esta mágica acogida.
Y a quienes forman parte de BBVA decirles que se sientan orgullosos por contar con su Oficina De Voluntarios. Todo un ejemplo de buen hacer y solidaridad.”
Pues bien, hoy vuelvo a ratificarme en ello y por eso lo copio, tal cual.
Otra vez más, otro año, el quinto para mí, hemos ido a construir naturaleza y concordia, esta vez al pueblo de Villamanrique de Tajo y yo he vuelto a estar allí. Cómo no.
Y como cada año, nunca falta la novedad en lo que hemos de hacer, pero lo que siempre es igual son la calidez y armonía clásicas que a esta gente les son tan proverbiales.
Esta vez, dadas las características del terreno (bastante pedregoso), supongo que por animar el cotarro, al principio, en lugar de plantar, habría que desplantar jajajajaja, luego hemos depositado bellotas en vez de matas de encina o manzano, así que el Albertito no ha podido estarse quieto en la mata y, por fin, se han puesto algunas encinas, ya bastante creciditas, por cierto, a las que se las ha protegido con una especie de corralito de alambre y troncos en forma de triángulo.
Vaya, que eso me ha permitido sentirme más útil que otras ocasiones, pues era más sencillo tirar del protector de plástico para retirarlo y sustituir la mata seca por la bellota. He aprendido que había que poner bellotas trampa, es decir unas que tenían un agujerito hecho por cierto gusanejo y que se dejan para que otros, torpes como yo) no tengan que molestarse en hacerlo nuevo y así no cargarse a la que hemos dejado tumbadita y bien a resguardo de hormigas, saltamontes, conejos, ovejas y cabras.
Qué cosas, hace algún tiempo, alguien plantó en ese cordel de la cañada real de Castilla, una buena cantidad de encinas con el mecanismo establecido, pero de aquello prácticamente todo estaba seco, no habían medrado, por lo que había que limpiar el terreno y cambiar de estrategia. Esto me ha dado que pensar… todo lo que hemos plantado a lo largo de los años, ¿habrá corrido la misma suerte? Si así fuera… me da pena. Cierto, una jornada muy bonita, pero ¿de qué sirve? Esperemos que algunas de las más de 3000 bellotas que hemos depositado hoy, sí lleguen a constituirse en encina. Será a más largo plazo, pero, al menos, por probabilidades, puede que el resultado final sea más efectivo. Ojalá que así sea, y pueda decir, de verdad, al fin de mis días, que yo planté algún árbol.
¿Cómo he participado? Paco Álvarez me decía dónde había algún protector de encina seca, yo tiraba de él y lo arrancaba, me ponía la bellota en la mano, la depositaba en el agujero (que otra persona hiciera tiempo atrás) y la tapaba con tierra. Pero luego, como la zona estaba muy concurrida nos hemos alejado, de camino, Angela, de Reforesta, me ha dejado sus guantes, y la verdad es que me han venido muy bien para lo siguiente… Paco hacía el agujero, mucho más pequeño que el que se necesita para plantar los cepellones, me daba la bellota y yo la tapaba tocando tocando, pese al guante, pero con la mano bien protegida, hasta dejarla enterrada. Así, veintitantas veces.
Siempre es destacable la notable participación de los niños y niñas, que disfrutan también, aprendiendo cosas del campo. Hoy han tenido la suerte, además, de encontrarse con un pastor que llevaba un borriquillo. No creo que se llamara Platero, pero desde luego que ha sido la estrella del día. ¿Quién podría hacerle sombra? Jajajajaja. Vamos, que se han montado y lo han conducido, fotografiado y tocado. Albertito… jajajajaj. No, no, no, no no… jajajajjaja. Yo ni me he montado ni lo he acariciado ni fotografiado ni tironeado.
En fin, tiempo espléndido, comida agradable y charla, chanzas y veras, chistes y rimas que no falten tampoco.. Es que… el restaurante se encontraba ubicado en Villarejo de, no recuerdo qué, pero la rima ha salido cual sifón de gaseosa… “Villarejo Villarejo… tócate el … ¿abadejo? Jajajajajaja (es lo que tiene ir de campo y ver tanta madriguera, no precisamente de abadejo).
Gracias siempre, amig”s de la Oficina de Voluntarios y,claro, consortes que les acommpañan y que me ayudan… que la luz os acompañe y guíe siempre.



  



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