domingo, 14 de agosto de 2011

El superhéroe

Con este canto a la fantasía de los niños, os deseo buena semana de fiesta en las calles de España. Que el buen ambiente y la armonía sean sus denominadores.
Con cariño.

Espadín de Agostón era, para Pedrito, el mayor de los héroes. Nada ni nadie se le resistía, era intrépido, valiente, arrojado, invencible, el mejor. Nadie podía ganarle,ni los andantes caballeros medievales de castillos y justas ni los Supermán o los Spiderman o los Tales man. Espadín era de plástico pero era el mejor.
Pedrito, él siempre obligado a jugar en soledad, abandonado de todos, que veía cómo las pocas veces que sus padres se encontraban, acababan discutiendo, lo descubrió, bueno mejor la descubrió, tirado en la calle al regresar de ver a sus abuelos.
Se topó con él. Era una botella con forma panzuda y abolladuras, y el tapón, que debía cubrirla, perdido como estaba, no pudo hallarlo. Tampoco pasaba nada, le pondría un sombrerito que él fabricaría con papel de aluminio o con cartulina y ya estaba. Sería el más resistente de los yelmos.
Su hermana mayor, que le acompañaba tomándole de la mano, le dijo que no debía coger desperdicios, que estaba sucia y que era caca. Pero Pedrito ignoró la advertencia y se la quedó.
Cuando llegaron a casa, lo primero en lo que se empeñó fue en limpiarla, desahcerle las deformaciones y abrazarla para sentirla y que, a su vez, esa botella ya con nombre de gigante, supiese que, junto al pobre Pedrito, cobraba vida.
Y así, desde aquel viernes, chiquillo y botella fueron cómplices de aventuras y proezas, de rescates de desvalidos y doncellas raptadas, de conquistas imposibles hasta que, pasado el tiempo, alguien, seguramente, la espabilada de la hermana mayor o alguno de los amigotes de su padre, sin que el ya joven Pedrito, pudiera evitarlo, por encontrarse lejos, recibiendo su graduación en ingeniería, la tiraron a la basura.
¿Cómo podía saber, el autor de semejante tropelía, que no era una botella de plástico sin más, que era el superhéroe más megasuperhéroe de todos los superhéroes?
Y lo que tampoco nadie supo es que antes de ser triturada, aplastada, desintegrada hizo su última hazaña.
Pedrito, ya Pedro, en ese momento, justo cuando se disponía a subir al autobús que le traería de regreso a su hogar, conoció a una joven simpática, risueña y, sin ser un bellezón, resultona. Se miraron, se gustaron, se sonrieron y se enamoraron. Todo en un instante, en el mismo instante en el que Espadín de Agostón era desintegrado y volatilizado por el peor de sus enemigos, la máquina infernal trituradora contra la que nada podía hacerse ni defenderse.
Pedrito nunca lo sabría, pero lo que sí supo es que al comprobar la fechoría llevada a cabo en su ausencia sintió una gran tristeza porque ello significaba el símbolo de que, en su vida, se daba inicio a una nueva etapa,la de la madurez. Menos mal que ahora tendría junto a él a otra heroína, aunque en este caso de carne y hueso. ¿Su nombre? La respuesta os la dejo a vuestra imaginación.


3 comentarios:

Rosa María dijo...

Eres un gran relatista.
Un abraciño.

Susi DelaTorre dijo...

El paso obligado desde la infancia a la madurez, siempre duele.

Se convierte en recuerdos...


Un gran abrazo, amigo Tiflohomero!

Rosa Sánchez dijo...

Alberto: Maestro de las palabras, sé que te tengo un poco dejado, que no olvidado. A veces echo de menos tus fantásticos relatos, los que apenas leo por falta de tiempo.
Ayer una niña me dijo que no quería hacerse mayor. Lo digo por tu superhéroe.
No me olvido de ti y siempre te deseo lo mejor. Besos.

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