Buena tarde de todos los santos, tarde de sábado.
Permíteme que comparta, de forma extraordinaria, este nuevo
esbozo poético que, como siempre, nace del corazón.
Dedicado a esos santos que rodean mi tierra y que tanto me
enseñan. Santos que me regalan su perdón y su complicidad. Dedicado a esos
santos que habitan el País de los Sueños, santos que me protegen y hacen que
mis olvidos y faltas sean compensados con la luz del perdón, la comprensión y
la amistad. Va por ellos, va por ti.
Un abrazo.
Reconstruir
No lo busques, constrúyelo;
No lo encontrarás si pretendes comprarlo.
No te afanes en creerte rico.
No se compra, olvídalo.
Ese palacio, vacío quedará
Para ti por siempre jamás.
Si pretendes adquirirlo con palabras huecas.
No.
No es una limosna de magnate
Ni una pasta de té, ni un tazón de chocolate.
Es el Amor.
Amor a la vida,
A su belleza en la noche ciega,
A su magia de ayer, hoy y mañana.
Si lo destruiste, reconstrúyelo
Con los ladrillos del arrepentimiento
Y las tejas del sincero sentimiento.
Y si no… exclúyelo.
Exclúyelo de tus quimeras,
De tus solitarias ensoñaciones,
De tus locas equivocaciones,
De tus supuestas grandezas. Exclúyelo.
Amor al milagro de la vida
Que aún los muertos te sostienen
Desde su lejana isla.
Sí, necio de ti, lo destruiste;
Sí, equivocaste la encrucijada;
Sí, desoíste la sabia balada;
Reconstrúyelo, vive, ama.
Reconstruir, ¿qué?
¿Una choza? ¿Una casa?
Un nuevo palacio.
Qué más da
Que para todos esté lleno
Y para ti por siempre vacío.
¿No es eso Amor?
Amor, qué sé yo,
Eterno arquitecto
De palacios vacíos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario