No me canso

Buena tarde de jueves primaveral.

Un nuevo esbozo de poema trae esta tarde de mayo florido.

Con cariño y esperando que te haga soñar.

Un apretado abrazo cargado de luz y fuerza.

No me canso

De tocar tu nariz de vela desplegada al viento,

De enterrar mis manos entre tu melena de caracola.

Olería la esencia de tu piel a cada amanecer.

DE perderme por el mar de tus ojos de espuma y corola,

De beberme el jugo de tu pícaro pensamiento.

Cuando vienes en silencio sin que yo te vea

Y alborotas mi huérfano corazón.

Vería tu cuerpo sin que importara la aurora o el anochecer.

Cuando te aprieto para despedirnos con emoción

Y al día siguiente te escucho entre la desierta arena.

Porque eres mi goce sin fin,

Fantasía prohibida en mis noches vacías.

Acariciaría tus curvas estremecidas con el genuino placer.

   Porque anhelo encontrarme contigo en la almohada y en las melodías,

Y gritar a las hadas tu nombre de confitado lamín.

Si eres tú quien me reta con desafíos de papel

Estimulando mi deseo de jugar a ser caballero andante.

Escucharía la música de tus gemidos al querer.

Si pides que te pinte el mundo por detrás y por delante,

Con colores de jazmín, bambú y rosa pastel.

Con el ánimo que me da tu risa de tatuaje,

Con la luz que irradian tus palabras prohibidas.

Saborearía el chocolate de tus besos, mujer.

Con la fuerza que impulsan tus venidas,

Con la ilusión que me trae tu nuevo viaje.

No, no me canso de

Oler la esencia de tu piel, a cada amanecer;

ver tu cuerpo, sin que importara la aurora o el anochecer;

acariciar tus curvas, estremecidas con el genuino placer;

escuchar la música de tus gemidos, al querer;

saborear el chocolate de tus besos, mujer.

No, no me canso.

Sacias mi sed de cegado amor

Porque te querré hasta la muerte.

Colmas el hambre de mi deseo candente

Con tus apretados abrazos de espinas y ahogado temblor.