Quise, aun siendo ciego, ponerme gafas para ver el color de
tu sonrisa. Me dijiste que no había de hacerlo, que simplemente tocara tus
labios con la yema de mis dedos. Lo hice y una lluvia de estrellas se posó a
mis pies.
Quise colocarme, pese a mi sordera, los audífonos para
escuchar la melodía de tu voz. Me dijiste que no era necesario, que bastaba con
que besara tu boca para saber cómo era. Probé a hacerlo y entonces, un coro de sonoras
campanitas tintineó en mi corazón.
Quise añadir prótesis a mis mancos brazos para saber cuál
era la textura de tu piel. Me aseguraste que tan solo precisaba depositar mi
lengua en sus poros y aprendería lo que es la seda y el terciopelo.
Quise comprar un paladar para saber a qué sabía tu néctar y
me dijiste que con aprender a beber era suficiente. Lo hice y me emborraché con
tus dulces almíbares.
Quise que, habiendo perdido mi capacidad
olfativa, inventaran una nariz para oler
el perfume de tu esencia y me prometiste que simplemente con acercarme a una
flor solitaria la captaría. Te hice caso y entonces creé un frasco para
conservarla. Desde entonces, cada mañana, pulverizo mi alma con ella.
Quise sentir
sin sentidos, para impregnarme de ti, siendo lo que tú. Me dijiste que lo sería
sintiendo juntos, tú y yo.
Sí, sentir siento cuando tus sentimientos hacen de mis
sentidos que se colmen de plenas sensaciones.
Buenas noches.
2 comentarios:
Mamma mía !! , qué belleza de texto.
Y que envidia sana, escribir así.
saludos
Mamma mía !! , qué belleza de texto.
Y que envidia sana, escribir así.
saludos
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