Paz y bien, Feliz domingo.
La luz y el fuego son estos días protagonistas. El solsticio
de verano y la noche de San Juan convocan a la renovación y a la efervescencia
de la vida en plenitud.
Ritos y símbolos de purificación y renovación. Fiestas por
doquier, terrazas, agua en fuentes y piscinas, sonidos distintos en el pisar,
más ligeros, lo mismo que los vestidos, más livianos, más cortos.
Y entonces, alguien que es ciego, ¿qué ha de hacer si ni ve
la luz ni el fuego?
Bueno… algo sí puede hacer.
Se siente el calor, se escucha el fragor, se imagina el
brillo. Fantasear, soñar, recordar.
George Eliot dijo: “El mejor fuego no es el que se enciende
rápidamente”. Es verdad, lo lento, se saborea más, dura más. La yesca seca arde
rauda, pero se apaga rauda. Los fuegos artificiales son fulgurantes, pero… A
cambio, el fuego creado a partir de una madera recia, de una combustión
pausada, se dilata. ¿Hablo acaso de fuego? ¿O será del placer de lo que hablo?
Ummm.
Ah, el fuego. Ese poder robado a los dioses, esa revolución
del ser humano, esa conquista del hombre a los dioses y a la naturaleza. El
fuego que nos protege de las fieras y transforma la materia prima en arte
culinario. El fuego. La llamita que arde en el fondo de los ojos del que está
enamorado.
¿Y la luz?
Bueno, la luz se enciende al pulsar el interruptor de la
sonrisa. ¿Puede ser?
La luz para mí es la ilusión de querer superarme, de
disfrutar de buenos momentos en compañía.
Víctor Hugo dijo: “En los ojos del joven, arde la llama; en
los del viejo, brilla la luz.” Ja, pero para quienes no podemos, ni de jóvenes
ni de viejos, decir que en nuestros ojos haya algo que arda o brille, puede
sonar a sarcasmo semejante frase. Y, sin embargo, si cambiamos ojos por
corazón, la cosa vale también. O, quizá, no. Hay jóvenes a los que nada les
arde y viejos a los que el brillo se torna en opacidad.
Sea como sea, en los ojos o en el corazón, en el alma o en
las manos, hagamos que la luz y el fuego no se apaguen nunca. Que no se apaguen
en nosotros, porque con nuestro fuego y nuestra luz protegemos, caldeamos y
alumbramos a quienes pasan a nuestro
lado,.
Es verdad, la luz y el fuego están en el mundo, pero la
verdadera luz y el fuego auténtico está en las personas. Esa luz y ese fuego
que hacen que la vida triunfe frente a la oscuridad de la muerte.
Un abrazo.
2 comentarios:
Ritos, símbolos y fiestas... lo mejor de todo: tu cariño, tu amistad y maestría. Un abrazo de luz.
Figura misteriosa, un abrazo de fuego y luz también para ti. Sí, amistad, cariño y entrega. Cuídate. Besos.
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