Me levanto descansado tras días fatigados de trabajo y
agobios por la responsabilidad que me guía. Es un día fresco y en casa no hay
ruidos. Bueno, sí, uno sí se escucha: un helicóptero que parece planear bajo.
La imaginación se me dispara.
Pongo la radio, Carlos Herrera y el resto de periodistas de
Onda Cero, aquella emisora que creara la ONCE en los años de bonanza, aquel
sueño de los ciegos por tener una radio propia, ese medio tan cercano y
accesible para quienes no vemos. Hoy, poco queda de aquello aunque sigamos adelante,
resistiendo al desaliento o la desilusión. Sí, esa radio y ese Carlos Herrera
que, con su gracejo andaluz (como no le va a tocar ningún atasco a la entrada
de la capital, enseguida llegará el coche) me ayuda a contemplar, gracias a la
palabra, a los sonidos, las imágenes de este 19 de junio, día histórico en el
que España cambia de rey.
Me ayuda a ver cómo van vestidos los nuevos reyes, cómo es
la corona y el cetro, cómo está Madrid. Me habría gustado estar allí, pero a
qué ir, aun pudiendo haberlo hecho por cercanía, si nadie me acompaña.
Escucho la radio, los hitos protocolarios, la llegada a la
Carrera de San Jerónimo, la parada militar, el himno, las palabras de otro
soriano, como yo, el Presidente de las Cortes, el juramento y el discurso del
nuevo rey.
Está bien el discurso. Me sorprende que a veces se equivoque
al leer (debe ser muy difícil no hacerlo en un momento así), sus referencias a
Machado y otros escritores, su voluntad. Está bien, pero algo más me queda por
escuchar. Espero una leve referencia (lo ha hecho a la mujer, a las víctimas
del terrorismo o a los jóvenes), a quienes padecemos una discapacidad, a quienes
debemos enfrentarnos durante el día a día a superar el dolor, la exclusión, las
barreras de todo tipo. Su tía Margarita es ciega, somos más de 3 millones de
españoles quienes padecemos algún tipo de discapacidad. No, no la hace, ¿por
qué?
Es verdad, no somos tal vez tan importantes como para eso,
pero… ¿por qué no? Sí, ha hablado de hombres y mujeres españoles, de
ciudadanos, pero…
En fin, como se decía siglos ha… “¡larga vida al rey!” Que
su reinado sea una nueva etapa para esta España nuestra, una nueva era de concordia, paz y esperanza. Que así sea… “Una
monarquía renovada para un tiempo nuevo”.
Feliz jueves del Corpus. Ah, el Corpus. Otros hubo de
sangre, como aquél de 1640, pero también de flores y alegría. Que se lo digan,
si no, a los toledanos.
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