Buena tarde de jueves.
Como cada semana, aquí mi nuevo esbozo poético para ti.
Estoy seguro de que si su protagonista encontrara un banco en el que tú
estuvieras no dudaría en elegirlo.
Que te haga soñar.
Un abrazo.
Bancos de piedra
Cansado.
El alma de fatiga,
Siempre buscando.
El corazón se arrastra,
Huérfano, ya para siempre, de amor.
Cansado.
Camino y camino,
Calles desiertas.
Bancos de piedra.
Una pareja,
En uno se sienta.
Arquitectos de besos,
Que a todos, ignoran.
Un solitario anciano
En otro dormita.
Los recuerdos le pierden,
Quimeras del presente.
La madre con su niño;
Le cuenta un cuento.
Niño de ojos grandes,
Futuro. Oja en blanco.
Cansado.
Bancos de piedra.
¿Cuál elegir?
¿El vacío? ¿Los otros?
Qué más da.
Triste vagabundo,
Nada de nadie quieres.
Sólo a una quieres,
Pero ella ya no te quiere.
Vacío.
Cansado.
Bancos de piedra.
Pareja, anciano, madre con su hijo, vacío.
Vacío.
Vacía el alma,
Ciegos los ojos.
Vacío el corazón.
Entradas
2 comentarios:
Bancos de piedra,
testigos mudos,
donde sentarnos a hablar
del tiempo, del gobierno,
y de esas cosas cotidianas.
Catarsis de sueños y utopías,
testigos de discusiones,
cómplices de mil secretos.
No entienden por qué almas grandes
sufren por cosas fútiles…
cosas que van y vienen.
Nada es perdurable…
salvo el amor.
Lo demás está sujeto
a las leyes de la materia.
No entienden, son de piedra,
no tienen sentimientos.
Bancos son.
Un alma grande, millonaria,
no debe mendigar,
ni por amor ni amistad,
siquiera una migaja.
Vivimos una realidad
donde todo tiene un propósito,
todos una misión.
Con lo que tienes, sé feliz,
no existe la buena suerte.
A los limpios de corazón
nada les ha de faltar.
Bancos de piedra,
fríos como el hielo,
donde sentarnos a hablar
de poesía y cosas cotidianas.
Bancos donde compartir
momentos de nuestras vidas,
proyectos y esperanzas.
Ánimo y siempre adelante. Con cariño, figura perseverante, como siempre.
Querida rosa, bancos de piedra serán, pero sí tienen alma y saben comprender que haya tal vez un loco o un necio o un cobarde que no sabe hacer otra cosa que mendigar aquello de lo que nunca disfrutará, o quién sabe, igual sí... el Amor. Besos agradecidos.
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