Paz y bien. Feliz domingo. Las paradojas del amor.
Y es que también pensé, Camino a Santiago, en eso del amor y
sus paradojas.
Dicen que es ciego y, sin embargo, a través del amor todo se
ve en color. Estás enamorado de alguien, de la vida, de la belleza. No ves si
no brillo y esplendor.
Y luego… dejas de estar enamorado y… los colores se tornan grises,
neutros y anodinos. Qué curioso. Jejejeje.
Estás enamorado de alguien, de la vida, de la belleza. Nada
se te hace inalcanzable, puedes con todo, te sientes hércules poderoso. Dejas
de estarlo, nada te motiva, la derrota es segura, vencido no ya por las pruebas
de los crueles dioses si no por la debilidad.
Estás enamorado de alguien, de la vida, de la belleza,
dispuesto a no beber otra cosa que no sea los besos de tu amada y, sin embargo,
no sientes sed. Dejas de estarlo y la sed se hace insaciable, bebes y bebes
queriendo que el alcohol te haga olvidar el desamor.
Estás enamorado, en fin, de alguien, de la vida, de la belleza,
engordas de dicha sin apenas comer. Dejas de estarlo y comes y comes, queriendo
recordar el dulce sabor que te dejara en el paladar la piel de a quien amaste,
pero ya no hay nada que sepa como aquélla. Y comes y comes y, tal vez engordes
en lo físico, pero el corazón muere de inanición.
Amor, esa cosa mágica que colorea sin colores, fortalece a
los débiles,, sacia sin comer y endulza sin azúcar.
¿Qué es, Amor? ¿Dónde está? ¿En el solitario pétalo de una
flor? ¿En el descuidado guiño de unos ojos ciegos? ¿En el bombón que todos
olvidaron? ¿En el agua que manaba de una fuente de la que nadie se atrevía a
beber por desconocer si era potable?
¡Qué sé yo! ¿Cómo he de saberlo?
Un abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario