El valor de una palabra
Paz y bien. Feliz domingo.
Hace un mes compartía contigo una de mis reflexiones del
Camino de Santiago: ¿se debe mendigar la compañía?
Transcurrido ese tiempo, después de días intensos de encrucijadas,
proyectos, retos e ilusiones, comparto hoy otra: el valor de una palabra.
Se habla mucho del valor de la palabra, tanto que puede que
se llegue a banalizar el tema. Si cierto es todo lo que pueda teorizarse sobre
la palabra y su valía, la palabra dada, la palabra… debe tenerse cuidado en que
de tanto ponderarla, la dejemos sin contenido y de valiosa se torne en vacua o
trivial. Mera palabrería teórica, oropel que nada es, hojarasca hueca y sin
nada más.
Y, por eso, yo hoy quiero poner el acento en el artículo
una, en vez de en el la, una palabra.
Hay tantas palabras, tantas se dicen, bonitas, imágenes
retóricas, dardos arrojados, cantos al sol. Entonces… ¿tan solo una palabra?
Por qué no. Una sola palabra que sea bálsamo de soledades,
cegueras y angustias. Una sola palabra que ella sola llene los agujeros negros
del silencio negro.
Una, sí, indeterminada, pero una. Esa una que, por sí sola,
llena el vacío.
Parece poco en medio de las miles que existen en nuestro
diccionario y en nuestro pensamiento. Pero esa una es tanto… y tan mágica…
“Ven”. Ven, no te quedes solo. Ven con nosotros.
“Gracias”. Estuviste ahí cuando nadie había.
“Sigue”. Sí, no te rindas, eres muy importante para muchos
aunque tú no lo creas.
“Hermano”. Estoy a tu lado, no te juzgo ni critico, te
comprendo, somos uno.
“Complicidad” / “Cómplices”. Estamos lejos físicamente, pero
somos cómplices de tantísimo. Manos unidas que se sostienen, haciendo que
nuestras almas no caigan al abismo.
“Perdóname”… No sé ser sol que disipe las sombras de tus
días.
Una palabra indeterminada, qué importa cuál sea si es
auténtica y bendición en medio del ruido que, no es otra cosa que opresivo
silencio.
Buda dijo que “las dulces palabras son como flores hermosas,
con color, pero sin aroma, para el que no obra de acuerdo con ellas.”
Y Confucio dijo aún algo más: “es posible conseguir algo
luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas
tres palabras impregnadas de afecto.”
Pues eso… que seamos capaces de conseguir mucho con una sola
palabra impregnada de afecto, aunque pueda parecer que ni es dulce, ni tiene
color. Puede que carezca de ellos, pero tendrá lo más importante: el Afecto con
mayúsculas.
Un abrazo en valores.
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