Buena tarde otoñal.
Jueves de esbozos poéticos. Aquí el postrero.
Para ti… con cariño.
Jejejjeje, un abrazo, poco de correción política, y mucho de
cercanía poética.
Cómplices
A ser ladrón, el destino me aboca;
Furtivo y secreto.
Arena fina de blanca playa, que a tu cuerpo desnudo, envuelve.
Robar, otra cosa no prometo;
Si no el tesoro de tu ardiente boca.
A ser bandolero, embozado en la capa del deseo;
Me obligan los hados del destino.
Espumosas olas de agua fresca al anochecer que, traviesas, a
tus pies descalzos, lamen.
¿El botín? Tus pechos de rosas y vino;
¿la recompensa? Tu estremecido, jooooo, dulce jadeo.
Matar, al viento mataré;
Si a cada paso que dé, a cada instante, no me trae tu magnífico
perfume.
Luna traviesa que, incombustible faro, por tus ojos se
mueve.
Hambriento siempre de tu pasión, que a mi ansia consume;
Ignorado por todos, a nada, por ti renunciaré.
Cruel forajido, culpable soy;
De traicionar a las amables palabras.
Nubes de algodón, nido de la fantasía, para mí los cuentos llueven.
Amor, de hechos te alimentas;
Por eso yo, robo y mato, y sin culpa estoy.
¿Sólo yo todo eso haré, ciego y solo?
Arena fina de blanca playa, que a tu cuerpo desnudo,
envuelve;
espumosas olas de agua fresca al anochecer que, traviesas, a
tus pies descalzos, lamen;
luna traviesa que, incombustible faro, por tus ojos se mueve;
nubes de algodón, nido de la fantasía, para mí los cuentos
llueven.
Cómplices de mi único delito, quererte. Ante ti, me inmolo.
Ladrón de tus más íntimos sueños,
Bandolero que a tus rutinas reta,
Asesino de implacables celos,
Criminal desgraciado, ¡ciego poeta!
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