¿Quién será? ¿Serás tú? ¿Será doña Imaginación? ¿O doña
Ilusión? ¿O…?
A ti, mi Musa
Caracola de sonidos misteriosos, portadora;
Concha de tesoros anhelados, guardadora.
Musa, que no me faltes, te pido.
DE poemas y cuentos, bordadora,
De historias y magia, creadora.
Lámpara maravillosa otros querrían,
Alfombra voladora sobre la que en ella viajarían.
Musa, que te encuentre en el rincón de mi olvido.
Malabarista de palabras que, con ellas, jugarían,
Equilibrista de raras piruetas que sobre letras caminarían.
El más lejano horizonte tú, con tu guía, me enseñas,
Héroes y caballeros que cantan a sus galantes dueñas.
Musa, que de tu inspiración primera sea servido.
Cataratas de infinitos colores sean tus enseñas
Bosques de traviesos duendes y hadas risueñas.
¿Encerrarte en una huérfana teoría de moribundo escritor?
No haré tal, si imploro tu eterno fulgor.
Musa, que desde tu cielo, construyas sobre mí tu nido.
¿Apresarte, mediante conjuros, sin rubor?
No, dejar que vueles libre a mi alrededor.
Musa, mi dueña y enseña;
Musa, mi olvido y mi nido.
Musa, mi faro y tesoro.
Musa, mi principio y mi fin.
Te encontré cabalgando a lomos de invisible red,
Te seguí por veredas de historias con título de vuesa
merced,
Te buscaré entre jardines de laberíntico césped,
Te pondré, icono, de cabecera en mi pared.
Si yo escribo, es para ti, musa mía.
Si yo juego a ser dios de las palabras, es por ti, faro mío.
Si yo sueño, anudando sueños, es contigo, norte de mi
brújula.
Si yo, ganara triunfos de laurel coronado, a tus pies
depositaría mi prenda, fuerza mía.
4 comentarios:
Caracola que retienes el sonido del mar,
Concha que descubres tus tesoros sin par,
Musa que, cual pensamiento, viajas
por este mundo de bellas palabras,
no dejes a Alberto sin inspiración,
que nos siga deleitando
con sus discursos de amor,
con sus maravillosas poesías,
con sus relatos de humor,
con sus bromas y experiencias,
con su fulgor e ilusión,
manteniendo siempre unida
la llama de nuestra amistad,
que no nos falten motivos,
ni sueños para soñar.
Tú que eres de historias creadora,
tú que bordas cuentos en la aurora,
tú que sabes la vida que la literatura da,
quédate con Alberto para la eternidad.
Rosa, que Musa, tu gemela, anide siempre en tu espíritu para dar a luz textos tan bellos como éste que me dedicas.
Subscribo para ti lo que a ella le pides.
Besos de concha y aurora, de caracola y fulgores.
Tus deseos se hacen realidad... tenemos nuevo libro para el año que viene. Sorpresa, sorpresa...
Rosa, cuéntame, sí cuéntame de tu nuevo libro. No dejes a la musa sin sentido.
Besitos espectantes.
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