“Mis pequeñas odiseas” se suma a la práctica del bookcrossing Con motivo de su primer aniversario, que justo hoy se cumple, he pensado en que 5 ejemplares de mi libro viajero viaje, jejejej, por las calles de Madrid y acaso tenga la fortuna de llegar a alguna meta: que alguien encuentre uno de ellos y lo lea y disfrute y me cuente su opinión o que lo pase para que, a su vez, vuelva a caminar en pos de otro encuentro lector. En estos tiempos de saturación editorial y crisis de ventas creo que hacerlo es dar una oportunidad a la magia de la lectura. Me duele enormemente el que haya libros arrinconados en cajas acumulando polvo por mis limitaciones derivadas de la mala distribución o yo qué sé. Así que he decidido sumarme a esta práctica del bookcrossin (cruzando libros) que no es otra cosa que dejar libros en bancos de calles o plazas, estaciones de Metro, etc y esperar a que haya alguien que pueda cogerlos para leerlos. Claro, puede que acaben en la basura o tirados por ahí, pero… es un riesgo que estoy dispuesto a asumir con tal de dar vida a este conjunto de crónicas viajeras que, con tanta ilusión, recogí y escribí. ¿Qué te parece? Es que me resulta tan triste que un año después de que naciera caiga en el olvido… ya bastante es que tuviera que gastarme una importante cantidad de dinero en su edición como para que ahora, tan pronto aún, se dé por finalizado su recorrido. Sé que en absoluto recuperaré algo de ese dinero, pero con que haya alguien al que le ayude, me daré por más que satisfecho, siendo éste su verdadero valor. Juguemos y creamos en la magia. Quién sabe… igual alguien me cuenta que lo leyó y le gustó y le ayudó a ver un poquito más la vida en color. Ojalá, quién sabe.
martes, 1 de diciembre de 2015
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