Bien, cada final de enero Madrid se viste de escaparate
turístico mundial y yo, tan viajero y zascandil, me dejo tentar por la idea de
visitar este escaparate, FITUR.
Claro que ir solo a un recinto ferial con un montón de
pabellones, en el que exponen más de 150 países, ciudades y organismos, al que
van miles de personas, es toda una odisea inalcanzable para un cegato como yo,
por muy intrépido y echado pa lante que sea.
Así que, aunque con el apuro de sentir que abuso de él,
Diego Cruz, el gran Dieguito, se vuelve a ofrecer para hacerme de guía, ojos y
confidente.
Es imposible recorrer la feria entera así que uno tiene que
llevar alguna idea previa de lo que quiere, so pena de acabar echo polvo de
cansancio, con los pies doloridos, más de un pisotón / empujón y las manos
cargadas de papelotes y folletos mil que acaben en la basura.
¿Cuál era entonces mi idea? ¿Cómo afrontaba la visita?
Después de recibir la alegría de que podría ir, lo cual ya
es mucho, iría con espíritu abierto y pensando en sembrar alguna semillita de
Mis pequeñas odiseas. Trataría de contactar con los del programa de Onda Cero,
Gente Viajera y con la curiosidad de qué harían los de Mi nube, una red social
viajera a través de la cual entraríamos gratis. La entrada cuesta 15€,pero
estos de Mi Nube ofrecían una quedada gratuita a las 12. Así que Diego agarró
la ocasión por los pelos, esos de los que yo carezco, y las sacó.
Total, que llegamos al mostrador y ya en él damos color. Les
explico mi pasión y mi concepto viajeros, les largo una tarjetita y ya nos
veremos.
Quiero visitar PREDIF, la asociación que ha hecho un vídeo
sobre turismo accesible en el que aparezco, dar una vuelta a ver si hay algo
que pueda tocar y acabar en la quedada.
Andando andando, Diego me habla de que hay un fórmula 1 de
los de la escudería Red Bull, que si me apetecería tocarlo. Claro que sí, cómo
no. Les preguntamos a dos simpáticas señoritas que si me dejan y vamos a ello.
No solo me dejan tocar el coche, si no que me hago una fotito con ellas. Me
impresionan las ruedas del coche tan gordas, lo pequeño del volante y lo bajo
que es.
Seguimos avanzando. Llegamos a Ciudad Rodrigo. ¡Está Pilar!
Guía que me enseñara la ciudad salmantina hace un montón de años. Es genial. Le
regalo un librito y ella a cambio, me obsequia con unos dulces. Toco unos
soldados, un cañón y una maqueta de Almeida, la fronteriza a ésta.
Damos con el stand de Onda Cero. Esther Eyros me saluda muy
cariñosa y charlamos un ratito. Le hablo de mi libro, faltaría más, y se queda
gratamente impresionada. Esther conoce bien el mundo de la ceguera desde que la
cadena de radio fuera fundada por la ONCE. Queda en que le dará cobertura al
librillo y a mis andanzas. Ya contaré. Gente Viajera es un veterano programa
que se emite los sábados de 12 a 14 h. a nivel nacional. Todo un lujo si, al
final, se me da audiencia.
Hablamos Diego y yo de hacerme alguna fotito con alguno de
los bellezones de la feria, ataviadas de trajes típicos. Nos ponemos a ello.
Que ver no veré, pero bien acompañado siempre le gusta estar a uno. Damos con
las más guapas, según parece, vestidas de hawayanas. Me hago la foto. Una es,
según Diego, guapísima, pero a mí me parece muy sosa, no habla apenas. La otra,
en cambio, es mucho más simpática. Me deja que le toque el gorro que lleva,
parece un macetero, jejeje. Y el hombro desnudo. Me quedo con el hombro…
jejejej, faltaría plus. No toco más, que parece que hay poco traje, jejejej..
Seguimos de intrépidos aventureros, con mi sombrero de
Indiana Johnes. Llegamos a un punto donde se emula una batalla entre los franceses
y los guerrilleros españoles, sonidos de tambores y violines, danzas.. Más
chicas, más chicas, jejejej. Unas alicantinas promocionan las hogueras. No sé
si llevarán el fuego dentro, pero lo que sí llevan es la simpatía a raudales.
Me dejan que me haga la foto con ellas, bien juntito y hasta me enseñan el
vestido que es en relieve… bueno, la falda de vuelo, jejejjeje… nada de
corpiños ni otra cosa semejante…
Ah, toca darse un garbeo por el mundo, salir de los
pabellones españoles. Damos con el de Congo. La chica también simpatiquísima me
explica el colorido vestido que porta y su trenza…
Y los de Mi nube esperándome para que hablara a las casi
2000 personas que había en la quedada de cómo es eso de viajar sin ver. Vamos,
que me han cogido Sonia y María por banda y me han subido al escenario. Y,
claro, el Albertito con un micrófono es como un tonto con un pirulí. He tenido
mi momento de gloria, jejejjeje. Qué pasada, ver cómo me han aplaudido y
felicitado tras mis palabras, cargadas de pasión y fuerza: “viajar es mucho más
que ver, viajar es sentir y experimentar”. “Somos caminantes, peregrinos de la
vida, viajeros que descubren un fado (como el que ha cantado una viajera a pelo
allí mismo), una rica comida (como el queso y la empanada con la que nos han
obsequiado) o una textura agradable (como las manos y ese hombro desnudo que
hoy me ha sido dado tocar.
¿Qué percibía al pasear por la feria? Mucha gente que va
comentando lo que se ve, algunos perdidos, etc. Sonidos de músicas típicas,
stands con gente dispuesta a explicar y mostrar… Y en la quedada, algo
diferente. Gente unida por la pasión de viajar, no como turistas, si no como
viajeros (es muy distinto), esa familia que lleva recorrido el mundo con su
hijo celiaco o esa motera que lo ha descubierto con su moto o la chica que
viaja gracias a su voz… No sé, ha sido muy emocionante.
Gracias, Diego y gracias a esas personas que hoy, en Fitur
me han ayudado a sentirme bien. Las fotos son bonitas, pero lo son más mis
sentimientos de gratitud y orgullo.
Ojalá que lo sembrado hoy, dé sus frutos. Ojalá que pueda
seguir compartiendo mis experiencias de aventuras y luz.
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