En el mes de julio pasado, 4 ciegos totales, apasionados de
la lectura y la buena literatura, nos juntamos en una terraza veraniega para
dar a luz lo que sería una idea ilusionante: crear un lugar de encuentro y
amistad en torno a un libro, comentándolo y enriqueciendo su lectura.
Se trataba de hacer una tertulia integradora y en la que su
denominador común fuese el contar con el autor del libro a tratar en cada
sesión.
Nos reuniríamos los segundos lunes de cada mes y el lugar no
podía ser mejor: un estupendo restaurante que nos acogió enseguida con entusiasmo
y detalles excelentes: era el Restaurante Ferreiro en la madrileña calle
Comandante Zorita 32. Por cierto, muy recomendable tanto por su gastronomía
como por su trato.
Con estas premisas comenzamos en noviembre y acabamos hoy.
Los escritores que nos han acompañado han sido: José Miguel
Vila, Elena Peralta, Ignacio Santamaría, María José Rubio, Javier Reyes, Manuel
Enríquez, Nieves Barambio y Carmen Posadas que ha puesto colofón al elenco de
escritores invitados.
Hemos tratado temas y géneros literarios diversos: desde el
reportaje periodístico y testimonial, la poesía, la novela realista y la
histórica.
Sin haberlo pretendido de manera consciente, hemos cumplido
con las reglas de la paridad de género y autores ciegos / videntes. Que no se
diga, jejej.
En las tertulias se ha comentado el proceso de creación
literaria e investigación, se ha hecho análisis de los textos y nos hemos
acercado a realidades tan distintas como las de la prostitución y los presos,
la obra social de ONGs, el mundo de los perros guía, la recreación histórica de
episodios tan diversos como la Ilustración española, la Revolución Rusa o la
vida cotidiana de la España del siglo XX vista a través de los ojos de 4
generaciones de mujeres.
Por mi parte, como promotor y participante, ha sido una
experiencia fantástica y que ha visto plenamente cumplidas las espectativas con
que la iniciamos.
La comida con que hemos celebrado todo ello ha sido
soberbia, en la que la camaradería, el ambiente relajado y el buen yantar han
sido protagonistas.
En octubre, el día 14, retomaremos esta sana costumbre de compartir
café y literatura.
Una muestra más de cómo se pueden organizar actividades en
un entorno normalizado y autogestionadas con éxito, pese a la discapacidad
visual. Un reto más superado.
3 comentarios:
Querido Alberto:
Detengámonos en la poesía, ese oscuro objeto de deseo tan obsoleto como olvidado por algunos experimentados escritores: ¿para cuándo la próxima? Ya la esperamos con emoción. Jejeje Acabas de concluir un reto y ya te presento el siguiente... no dirás que no te tengo entretenido.
Un abrazo literario poético.
Comer, beber, charlar y leer. Muy buen plan. Un abrazo.
Rosa, querida. Tú bien sabes que nada más tienes que hacer que plantearme deberes que yo presto allá que te sigo y obedezco. Todo sea por darte gusto y alabanza.
Pronto la próxima poesía aunque tengo pendientes cuento y crónica semanales, casi nada.
Besos de encargo.
Ana, muy ciertto. Un muy buen plan y más aún si se presenta con compañía tan agradable y buena como tú lo serías.
Un abrazo agradecido.
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