Me hace gracia titular así este pequeño escrito mío de hoy para
comentar una curiosidad que une dos eventos en los que entre ayer y mañana voy
a participar. Ya sabéis, yo siempre tan zascandil.
Y es que ayer tuve la fortuna de ir a ver el musical El rey
león, en el madrileño teatro Lope de Vega, en la Gran Vía, junto a mi cuñada y mañana asistiré a una
jornada de senderismo en el Cañón del río Lobos, en la provincia de Soria.
Así que un día leones y otro lobos.
Me parece simbólico este hecho como medio de poner en valor
mi amor por la naturaleza y la amistad, algo que conocéis bien.
Así es: actos que se centran en la defensa de la naturaleza
y los beneficios que ésta nos aporta. Además, en ambos, habré estado
estupendamente acompañado por dos personas a las que aprecio sobremanera:
Emilia, mi cuñada; y Elena, cómplice de tantas aventuras y logros.
El musical a mí me resultó interesante en cuanto al
contenido que, no por conocido, deja siempre de emocionar y la música en
directo, pero difícil de seguir en la parte de efectos visuales, coreografía y
caracterización. Y aún que Emilia me iba describiendo lo que salía. No habría
estado mal el que se me hubiese dejado tocar algún león / elefante, no digamos
ya leona o jirafa, ujum, jejejejje.
Es verdad, ya lo sé; el día 15 de junio se organiza una
sesión especial con audiodescripción pero pagar otros 85€ no es cuestión.
Lástima que las entradas las hubiera sacado hace más de 2 meses que sino…
En cuanto al senderismo de mañana ando algo dudoso tras
tiempo de poco ejercicio después de la operación y demás. Pero, sin duda, que
va a merecer muy mucho la pena por el buen tiempo que se augura y lo vivo que
debe de estar el entorno con tanto como ha llovido.
Si ayer, tuve que practicar un fuerte ejercicio de
imaginación, mañana estoy seguro de que los sentidos se impregnarán de olores y
sonidos auténticos.
Sí, eso es… entre leones y lobos, amistad, presencia y
aprendizajes.
Alguien dirá: entre leones y lobos, la maldad. Yo no lo creo
así, no no. Muchas veces la maldad no se encuentra entre esos poderosos
animales, sino más bien entre animales humanos.
3 comentarios:
Alberto, tú siempre tan emprendedor y valiente. Leones y lobos, dos bellos animales, sí señor. Me quedo con tu último comentario basado por supuesto en la experiencia que da la vida, ¿verdad? A veces están esos humanos que parecen ovejitas... En fin, se trata de ir conociendo a las personas y de que éstas te conozcan. Así es la vida misma, la que no hay que olvidar que siempre nos brinda una nueva oportunidad con el inicio de un nuevo día.
Hasta pronto, amigo.
Rosa, tú como siempre tan atinada en tus comentarios. Ser conscientes de los lobos vestidos de ovejitas, pero estar abierto a las oportunidades que tenemos de descubrir ovejitas tildadas de lobos.
A eso aspiro yo, a saber ver sin ver.
Besos lanudos, jejejej.
He estado en el Cañón del Río Lobos y es un sitio precioso. Cuando yo fui no había mucha agua, supongo que ahora habrá más.
Un abrazo.
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