2013 toca a su fin. Un año con nombre de número lleno de simbología y en el que la ONCE ha cumplido 75 años de Ilusión y Servicio, esa ONCE que me ayuda a desarrollarme como trabajador y como persona,..
Un año en el que, una vez más, he podido conquistar numerosos retos y disfrutar de una gran cantidad de actividades, casi tantas que a uno no le da tiempo a asimilar, pero que han quedado grabadas para siempre en mi memoria.
Otra vez más, he conocido a nuevas personas que se han fijado en mí, ofreciendo su fidelidad y apoyo para que siga contando y avanzando. A ellas y a los que siempre estáis a mi lado, no puedo sino dar unas enormes y apretadas gracias. Gracias porque sin vuestra amistad, vuestra confianza y vuestra ayuda no sería capaz de alcanzar.
No pretendo sonar presuntuoso, ni tampoco generar insanas envidias, pero sí espero que sean buena muestra de ser merecedor de vuestro apoyo y complicidad lo que aquí voy a recordar. Espero no ser demasiado pesado con la lista, pero recordándolas, se hacen cercanas.
La música ha estado presente de manera destacada durante este año. Asistí a un concierto especial por parte de mi querido Jaime Urrutia, pero también lo hice para escuchar a Los secretos, a Café Quijano y Revólver, además de los musicales de “Sonrisas y lágrimas” y “El rey león”.
Viajé a nuevos lugares: Budapest, Gran Canaria, Arévalo, Valencia, Jarandilla de la Vera, Cuenca, Alicante y Asturias; además de, caminante, caminando, me empapé de naturaleza y afectos en el Camino de Santiago y el Cañón del río Lobos. No olvido tampoco aquella presencia mía en Zaragoza, compartiendo experiencias en torno al braille y a la luz de la fe.
He iniciado, y espero culminar en 2014, dos viejos sueños: aprender a nadar y practicar voluntariado en Cáritas aportando más y más. No está resultando fácil avanzar, pero ahí estoy sin rendirme ni ceder a la pereza o el desaliento.
Y he cumplido otros: montar en globo y pilotar una avioneta, hacer piragüismo.
Mis “Huellas de Luz” han seguido trayéndome emociones: estar en librerías fantásticas, haber recibido el apoyo de instituciones sorianas y tener presencia radiofónica, de la mano de mis amigas Cristina y Sofía de la COPE. Emilio tomás y Rosa Sánchez se volcaron en mi visita a la vega baja del Segura.
La creación literaria me ha llevado, de la mano de su musa, a los terrenos poético y del relato gótico.
Cómo olvidar esas jornadas veraniegas en mi pueblo de Fuentestrún, junto a mis padres, hermano, cuñada y sobrinas, recorriendo sus montes y haciéndome visible como presentador de una exposición plástica, “Vacíos del pasado” de Gloria Rubio, otro reto.
La tecnología también me ha enseñado nuevas oportunidades de ser autónomo y hacerme más cercano, más visible. Descubrí Facebook y, cómo no, seguí alimentando a Tiflohomero y Twitter. El blog, a día de hoy, desde su creación en septiembre de 2007, ha recibido 177.250 visitas, mientras que en Facebook tengo 136 personas que me siguen / seguís. El Iphone lo manejo con normalidad, siendo un buen recurso a la hora de orientarme, etc.
En el trabajo, he podido seguir aportando mi afán por acercar la lectura a las personas ciegas. No diré que haya sido fácil, con nuevas aplicaciones informáticas y con esfuerzo, pero ahí estamos.
Ah, claro que sí: superé una intervención quirúrgica que, por leve que fuera, siempre tiene su riesgo. Estuviste a mi lado en ese momento, lo cual no olvidaré.
El día a día ha ido transcurriendo sin pausa, con participación en clubs de lectura, conferencias, presentaciones de libros, paseos, charlas en torno a la buena mesa, cómo no, obstáculos y tropiezos. Recuerdo el trastorno que me supuso el corte en la línea de Metro y cómo salí adelante, claro que sí.
Volví, con emoción, a plantar árboles con las maravillosas gentes de la Oficina de Voluntarios de BBVA y la cena de la Fundación Alaine me deparó, como siempre, emoción y calidez.
Todo eso, que he ido compartiendo y que ahora repaso. Seguro que habré cometido errores y habré dejado cosas por hacer, momentos en que acaso no haya estado a la altura de lo que esperabas. En este caso,vayan para ti mis disculpas sin excusa.
Y así ha terminado mi año de la Ilusión y el 13, año que lo empecé ganando un concurso literario y lo acabo cansado, sí, pero con ganas de seguir haciendo cosas, aprendiendo, viviendo.
¿Y en 2014, qué? Cuando escriba la carta a los Reyes Magos te contaré, jejeje.
Sonrío al recordar anécdotas que han ido aconteciendo y que he contado: la de la taza en la churrería cercana a mi trabajo, la melodía que me silban en el aeropuerto de Gran Canaria, el reencuentro con el loro Perejil en la Casa de Colón, aquel “qué fuerte, qué fuerte, qué huevos” en el concierto de Jaime Urrutia, aquellos encuentros con dueños de restaurantes, aquel abrazo a Santiago o esos cangrejos pescados a ojete que comparto con Rosa y ese premio al Liceo que regalo a mi admirada y muy querida Merceditas (a mí que nunca me toca nada, ja). Qué historias, qué ciegadas de la cieguería. Por muchas más, contigo, naturalmente.
martes, 17 de diciembre de 2013
2013 toca a su fin
Publicado por Alberto en 6:51 p. m.
Etiquetas: Así soy
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
A punto estamos de decir adiós al 2013. Un año más vivido y un año más para felicitarte por tus metas alcanzadas y por haber podido realizar tus sueños, consiguiendo los retos que te propones.
Deseo que en el 2014 consigas todos tus propósitos y te acompañe la buena suerte.
¡Felices fiestas!
Ah, ya tengo el peluche del perro guía. ¡Es precioso! ¡Parece de verdad!
Abrazos.
¡Cuántas cosas has hecho! El lunes fui a Alicante en tren y me acordé de nuestras aventuras allí. La estación está ya sin vallas y bastante decente, aunque aún falta por abrir alguna tienda más.
Un abrazo:
Ana
Publicar un comentario