domingo, 3 de marzo de 2013

De agradecido



Sí, tantas veces debo dar gracias, a tanta buena gente que uno no sabe si lo hace como debiera.
Y hoy, otro sábado más de emoción y experiencias, vuelve a suceder.
Sí, gracias a todos los que me habéis felicitado alegrándoos por mi entrevista en COPE, gracias a Cristina y a su equipo por haberlo posibilitado y gracias a Ana, la dueña de Kulixka que ha hecho factible el que mi regalo de cumpleaños para Elena fuese digno de esta cómplice de mis logros y aventuras, que estuviese a la altura de su categoría.
Estar en el estudio de radio de una emisora puntera, ser agasajado por Eva y Carmen, invitarme a un café y dejarme ser visible, una maravilla. Como en casa pero sabiendo en todo momento donde está uno. Sin olvidar, eso sí,  que medio millón de personas pueden estar escuchando los mensajes que yo pueda transmitir. Más aún después de la publicidad que, a lo largo de la semana, se ha ido haciendo sobre mi pequeña personita.
 Y luego el obsequio para Elena. Qué ilusión regalar, darse y dar, compartir. ¡Qué lujazo!
Ya escribí hace un par de semanas cómo una chica nos había ayudado a pedir una copichuela al acabar el concierto de nuestro admirado Jaime Urrutia y cómo ésta, nos habíamos enterado después, que regentaba un restaurante. ¿Qué mejor lugar para ser marco de un regalo especial? Si ella nos ayudó a que dos ciegos se desenvolviesen en una sala de conciertos abarrotada, ¿cómo nosotros no íbamos adevolverle su generosidad? Y es que además nos cayó tan bien, que nos apetecía mucho volver a estar con ella.
Pues sí, Kulixka nos ha acogido con la hospitalidad de la gente buena, con el cariño de quien sabe hacer las cosas desde el corazón y con la profesionalidad de quien puede presumir de dar de comer a una duquesa de Alba cualquiera, a un torero de campanillas  o a un Alex de la Iglesia normal y corriente, pongamos por caso.
Que, encima, Ana te diga que quiere nuestra firma en su libro de firmas, dejando nuestra huella al lado de gentes famosas, que sepamos que estamos donde personajes de pro han estado y que lo hagamos siendo tratados con el corazón, tanto que hasta nos vayamos cargados de detalles y presentes, es toda una pasada.
Dar gracias, claro que sí, gracias a quien me hace sentir útil creyendo que la ayudo a que se anime, dar gracias a Merceditas, quien, cuatro años después de que le dejase un comentario en su blog, sigue aguantándome y ayudándome en todo lo literario y más y más.
Bueno, ya sé: Elena dirá que su obsequio no estaba envuelto, ni tenía lazo, ni papel de colores ni caja lacada. Pero, digo yo, que tenía sabor sublime a esas filloas rellenas de crema con helado de dulce de leche. No diré que ciertas, no poco humildes, viandas que las han precedido hayan estado nada mal, pero ese postre… ¡Ah, ese postre…! Casi recupero la vista de tanto como me han hecho chirivitas los ojos. Jejejee.
Y sí, “dice así”: “bares, qué lugares tan gratos  para conversar…” Que nos quiten lo bailao y eso eso. Que muchas gracias porque yo pueda decir que soy un privilegiado.
Y ya se sabe… “si yo puedo hacerlo, los demás también podéis” hacerlo.
Ay ay ay, el Albertito siempre con sus frases y chanzas. Jejejejje.
Vale.








2 comentarios:

Rosa Sánchez dijo...

Alberto, no recibes ningún reconocimiento que no te merezcas con creces, figura. Por simpatía y dedicación, por tu buenhacer y generosidad, por tu tesón y ejemplo. Vas sembrando y esto es lo que sucede...
Un abrazo agradecido de mi alma a tus queridas huellas.

Alberto dijo...

Rosaaaa, cuántos piropos, qué buena manera de comenzar un nuevo día. Cómo no voy a sembrar si sé que obtendré tan jugosos frutos como son los de tu simpatía y aliento.
Ahí estamos, haciendo y contando, con humildad, sencillez y generosidad. No sé hacerlo de otra manera aunque a veces se me tache de lo contrario. En fin.
Vaya mi aplauso también para ti y tus logros.
Besitos piropeadores.

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