Mientras este sábado, es para much@s un día de preparativos
y citas navideñas, yo no he querido ser menos y he tenido la satisfacción de
hacer algo de eso que tanto me emociona: sentirme tratado no como uno más, si
no ser acogido como al que más y ser capaz de atreverme a llegar a la meta, por
difícil o imposible que pueda parecer.
Al compartirlo contigo, no espero ser pretencioso ni dar envidia,
simplemente deseo que tú también quieras y lo consigas, sea lo que sea que te
haga sentir bien.
Empezaba la mañana haciendo la compra de productos ricos en
mi supermercado de siempre, el Condis, una gran superficie comercial en la que
ya me conocen y saben cómo ayudarme. Llego a la zona de cajas, me ven, me
buscan a una de las chicas que hay disponibles. No ha faltado el surtido
navideño y el salmón para ponerlo en bocata con queso fresco, soberbio. Me ha
tocado como ayuda Ainhoa, una de mis favoritas, simpática y siempre bien
dispuesta a ponerme fácil el acto de comprar. Al ir a pagar me he encontrado con
que la cajera tenía discapacidad, he intuido que debía ser Síndrome de Down, lo
cual me ha encantado y lo ha hecho genial, como no puede ser de otra manera.
Así me gusta, que se dé oportunidades.
Después de desayunar en casa, me he dirigido a entregarles
mi libro a mis amigas Cristina y Sofía de la Cadena COPE que, en pleno
programa, han querido hacerme un huequecito para recibirme, desearme feliz
Navidad y hacerme un regalo chulo chulo, el libro de un viaje a Calcuta de una
compañera suya, y una foto que han querido compartir en su muro de Facebook.
Segundo triunfo.
Después, ya que estaba por allí, me ha dado la turuntela de
atreverme a querer visitar, por qué no, el belén napolitano que se expone en el
Ayuntamiento, antiguo Palacio de Comunicaciones. Lo veía difícil, habría mucha
gente, no daría con el sitio, no me lo enseñarían, pero… si no lo intentas
nunca sabes si… Y sí, ha sido que sí. Alguien me ha llevado hasta la puerta,
pasando la cola, ha preguntado al vigilante y éste me ha llevado hasta la sala.
En ésta, han buscado a una de las chicas que allí había como apoyo y, cogido de
su brazo, me ha ido describiendo el belén, con sus diversas imágenes en forma
de figuras detalladas al máximo en colorido, detalles y figuración. Lidia, que
así se llamaba, iba algo preocupada porque era la primera vez que lo hacía,
pero ha sido genial. Tanto que me ha hecho otra fotito con mi móvil como
recuerdo. Una pena que no haya podido tocar, siquiera una de las figuras, pero
allí he estado. Tercer triunfo.
Y por último, la guinda la han puesto Eli y Mar, amigas hasta
hoy virtuales con las que me había
citado (cita a ciegas, jajajajaj) en el Café Comercial, uno de los clásicos de
Madrid para ponernos voz y regalarles también mi libro, siendo que su fantástico
blog, La gran escapada, aparece en la
crónica de Estocolmo. Ha sido mágico. Hemos tomado un cafecito y nos hemos
contado algo de esa pasión viajera que nos une, ese espíritu aventurero que nos
lleva a descubrir nuevos lugares. Al despedirnos, después de la inevitable foto
de rigor, jejejej, he querido expresarles lo que sentía con esta frase, que
también a ti te cito: “Gracias por este regalo que me acabáis de hacer: el de
la amistad y el cariño. Los regalos que se pueden comprar, tan solo son
regalos. Los que no, en cambio, son también regalos, pero tienen la categoría
de especiales, como vosotras, como tú”. Cuarto triunfo.
En fin, un día redondo. Por cierto, que ahora que lo escribo
me ruboriza pensar que me he dado el gustazo de experimentar todo esto
juntándome a todas ellas chicas. Los besos de Ainhoa, Sofía, Mar y Eli, me han
dejado las mejillas con un brillo increíble. Jejejej. A qué negarlo. Se me han
hecho los ojos chiribitas. Jejeje. Qué tío, qué cegato tan chalado pero siempre
tan querido y bien acompañado.
Gracias, gracias, gracias, gracias a las cuatro por sus
besos que eran el reflejo de sus ojos de simpáticas soñadoras. Gracias a la
cajera del Condis por su buen trabajo y gracias a Lidia por salir tan airosa de
ese reto de describirme el belén.
Ala, y eso que no quería dar envidia… jajajajajjaja. Pues si
llego a querer darla… jajajajajjaja.
Alguien dirá… ¿es que a este tío no se le pone nada por
delante? A lo que yo le responderé que no, siempre que haya dispuesto alguien,
mejor que sea chica, jejeje, a ayudarme a hacerlo.
Otra vez más… ¡¡¡’feliz Navidad no solo en estos días, si no
en todo el año!!
Un abrazo satisfechón.
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