Buenas tardes de domingo:
Que estéis bien y que la angustia no os venza nunca. No os rindáis aunque la semilla de la esperanza a veces acabe siendo en lo estéril.
Con cariño y siempre adelante.
Un cálido abrazo de luz.
La escalera
Tengo que subir esa escalera. He de hacerlo, no puedo rendirme, si lo hago moriré o peor aún.
Tengo miedo, mucho miedo. La voluntad no me obedece, ¡no puedo dar el paso!
Ah, si dispusiera de una mano amiga… me aferraría a ella y las cosas serían más fáciles. Tiraría de mí, me transmitiría seguridad y confianza, pero yo solo… ¡yo solo no puedo hacerlo!
No se ve nada, sólo existe el abismo. Las sombras se han adueñado de todo. No veo, no veo.
-Vamos, chico… da un pasito. El corazón retumbante me habla.
Quiero hacerlo, pero no puedo. Si pierdo la referencia del suelo me caeré, ya no volveré a estar de pie nunca más.
¿Cómo fue que llegué a este reino de tinieblas? ¿Cómo salir de él? Tan solo la oscuridad es lo que me rodea y la nada, más allá. El vacío absoluto.
No sé. Me desperté, ¿cuánto hace de esto? Me desperté y sólo había oscuridad
Tanteé arrastrándome, topé con peldaños resquebrajados de una escalera de cuerda despeluchada, extendí las manos, mas… ¡no hay nada más!
Si me muevo un poco, a mi derecha o izquierda o … me hundiré en los abismos.
¡Quiero vivir! ¡Ayúdenme!
Nadie responde. ¿Quién lo habría de hacer si esto es la nada. Estoy solo. Nadie vendrá. ¿Y si me rindo moriré.
Zzzzzzssshshshshshszzzzzzz
¿Qué? ¿Se oye algo reptando? ¡Dios!
Se está colando por la pernera del pantalón. Es pegajoso, como de baba caliente. Sube, sube. Pronto llegará a la pelbis. ¿Me morderá.
Sacudo convulso el cuerpo. Continúa su implacable camino.
Oh, no.
Se me ha pegado la mano a lo que sea esto. Si no subo la escalera antes de que me engulla la baba…
Me pica, duele, quema.
Todo viene de abajo.
¿Y si me dejara caer? ¿Si me zambullera en el abismo? Caer caer caer.
¡La cogí!
Se mueve todo, no la soltaré.
Ya tengo el pie en el primer peldaño de cuerda.
La gran baba viscosa tira de mí hacia abajo, pero no me voy a rendir.
Ahora ya solo falta subir. Poner el otro pie y el otro y el otro.
¡Nooooooo! No no no.
Caigo caigo caigo. La baba me aprisionó… ¿Dónde está? ¿Dónde están los peldaños de esa odiosa escalera? Nada, no hay nada, sólo nada nada nada naaa…
Maldita escalera, que sembraste en mí semillas de esperanza, y te has disuel…
La len gua se me pe pe pe pe gggggggg.
Nada, silencio, oscuridad, nada nada nada. Muerte, abandono, olvido. Negrura.
domingo, 27 de octubre de 2013
La escalera
Publicado por Alberto en 7:35 p. m.
Etiquetas: Relatos
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2 comentarios:
Es una buena metáfora de situaciones en la vida que nos aterran, pero hubiera preferido un final más feliz.
¿No?
Abrazos
Montse, así es... la angustia, el miedo a lo desconocido y a la oscuridad.
En cuanto al final, ando este curso con finales oscuros como contrapuntos a otros, tratando de explorar caminos nuevos.
Besos de luz.
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