Sí, me habría gustado hoy ser experto floristero.
Preparar esas flores que alguien habrá encargado para ser
transmisoras de amor , adornarlas con hermosos lazos y celofanes, disponerlas
de la forma más hermosa y añadir esa tarjeta conteniendo palabras que son sentimiento,
y deseo, que alguien habrá querido escribir.
Llevarlas personalmente a su destinataria y comprobar su
emocionada reacción.
Saber cómo indicarle la forma de conservarlas eternamente.
Decirle que acaricie los pétalos como si acariciara a su amado.
Que huela su perfume como si aspirase la esencia del alma
amada.
Y que alegre su vista contemplando su rojo color, su arco
iris de tonos que son certezas de belleza.
Ya sé, el floristero importa poco. La cuestión es que sea
profesional. Pero hay casos en que a la profesionalidad hay que añadirle poesía
y sentimiento de ilusión.
Y al entregar mis flores diría que no olviden regarlas, lo
mismo que al amor que representan, con complicidad, entrega y generosidad.
¿Y yo pretendo hablar de amor? ¿Yo que estoy soltero?
Sí, por qué no. Por qué no si amo a la vida, a la sonrisa
que alguien me regala después de haber sido luz, a esa meta alcanzada
sintiéndome pleno o a ese exquisito dulce cocinado por alguien que quiso
hacerme dichoso.
Felicidades por sentir el amor, sea a una pareja, a la vida
o a esa noble y pura acción que, sin duda, siempre deja su huella. Felicidades
por sentirlo y por tener la necesidad de proclamarlo al mundo. Ahg, y por poder
hacerlo.
3 comentarios:
Qué bonito trabajo tienen las flores, verdad???
Sobre todo hoy, día de San Valentín, en que cada flor es un signo de amor.
Un abrazo, Alberto.
A mi hoy me hubiera gustado ser pastelera, Alberto, y preparar esos exquisitos bombones que muy probablemente eligirán bocas expertas, o decorar con mucho mimo esas tartas de almendra y merengue que pondría a prueba la dieta Dukan del más constante, o yo qué sé, inventar dulces nuevos que los eternos enamorados relacionen con San Valentín... qué bonito soñar en hacer soñar a otros un día para tantos especial. Pero un momento: ¿y para los solteros qué? napolitanas para todos, cañas y flautas de crema y chocolate, churros con chocolate y buenos buñuelos... que para algo se dijo que las penas con pan son menos penas, je, je, je.
Un dulce abrazo mientras sigo en espera de saber la opinión de Huellitas de luz sobre mis sentimientos.
Montse, así es. Las flores tienen un trabajo admirable y muy bonito: ser portadoras de amor y bondad, aunque sean de plástico, como alguien dijo: "El regalo tiene la categoría de quien lo hace".
Besitos de luz.
Rosa, Rosa, jejejejej. Pastelera tú y floristero yo, vaya pareja. Esto se llama ser emprendedores. Claro que con la crisis... Seguro que tú triunfas con tu maestría y yo me voy a la ruina a escardar cebollinos.
Me apunto a los churros con chocolate. Por cierto, espero que no me pase como cierta vez en que, como no vi dónde me los había dejado el camarero, cogí los del vecino y éste me dijo: "disculpe, caballero, estos son mis churros, los suyos los tiene a su izquierda". Claro, me dije... ya decía yo que eran muy gordos, que los míos no lo podían ser tanto. jejejjeje.
Tampoco hago ascos a la napolitana, ¿eh?
En cuanto a las huellitas creo que están deslumbradas ante tu declaración. Me parece que están intentando recuperar la vista, jejejejejejje. Bueno, a ver si reaccionan y dicen algo.
Ale, besitos y buen viernes chispeante con dulces finales. Y a los que no les guste el dulce que se vayan a otra parte.
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