Buena noche de domingo.
Retomamos la costumbre de crear cuentecillos y compartirlos.
Feliz curso, felices lecturas.
Un abrazo agradecido y… acaso tú también seas una flor que
habrás dibujado en el cuaderno mágico el dibujo de tu destino.
Cuentos a la luz de los valores
El comienzo de curso
Las flores andan alborotadas.También ellas van a comenzar el
nuevo curso. ¿Su escuela? Un jardín. ¿Su maestra? Una jardinera.
Se preguntan qué les deparará el nuevo curso. A lo mejor
algunas de ellas serán elegidas para celebrar una boda, incluso otras serán
testigos de declaraciones amorosas o se las distinguirá con el honor de adornar
la mesa real en recepción honorífica o serán colocadas en la melena de alguna
joven rumbosa y simpar belleza para que hagan juego con su boca.
Claro que, también, habrá a las que les toque servir de
acompañamiento de ataúdes o ser arrinconadas en el olvido de quien creyó que,
poseyéndolas, vería alegrar su espíritu y fracasar en su lucha y las que serán
arrancadas sin razón para ser arrojadas al suelo sin más ni más. O ser
apresadas entre las hojas de un libro que nadie volverá a abrir.
Unas se muestran
cohibidas, otras no pueden dejar de lado su carácter presuntuoso, otras, en
fin, se mantienen a la espera.
La escuela jardín es acogedora, se conserva fresquita y
ordenada, con sus jarrones de colores en los que, cada una de ellas, serán
colocadas.
La maestra llega. ¡Es una niña! Qué curioso.
La rosa le dice a la margarita:
-Vaya maestrucha nos ha tocado este año. Esperaba que
repitiera la del año pasado que, según me dijo mi prima la rosa blanca las
trató con mucha distinción. Ésta puede que no tenga ni idea y no sepa ver las
que somos buenas y las que no valen para nada.
-No presuma tanto, señorita rosita de pitiminí, que igual
nos sorprende. Además, yo me suelo llevar bien con las niñas.
La maestra niña se sube a la escalera para acariciar, con
sus manos de adolescente precoz, a cada una de sus pupilas. Quiere
familiarizarse con el tacto de sus pétalos y el perfume que cada una emana. Se
da cuenta, en contra de lo que supuso la rosa de pitiminí de cómo es cada flor,
de su carácter: discreto, el de la margarita; presumida, la rosa; pacífica,la azucena;
elegante, la gardenia; tímido, el crisantemo; fuerte, el gladiolo; fanfarrón,
el clavel; triste, la camelia; inteligente, la cala; cariñosa, la orquídea;
agradecido, el pensamiento; ingenioso, el tulipán…
-Señores, señoras… me han encargado que sea su
maestra. Ya sé, soy una niña y puede que crean que nada sé de la Vida, pero se
equivocan. Sé ser sensible y además mi abuelita me ha enseñado mucho. Durante
los próximos meses las cuidaré y me haré cargo de ustedes para que, cuando sea
el momento de cumplir con su destino, puedan hacerlo como las mejores. Creen
los mayores, creerán ustedes, que yo, por ser niña, nada sabré. Se equivocan.
Mis manos son sabias porque han recorrido las arrugas de mi abuelita, mi nariz
es sabia porque desde pequeñita aprendí a cerrar los ojos y oler con el alma.
Mis orejas son sabias porque están acostumbradas a escuchar. Mis ojos son
sabios porque la luna les enseñó a mirar.Mi boca es sabia porque el sol me
enseñó a sonreír. Cada una de ustedes es importante para mí, me da igual su colorido
o perfume, lo importante es que aprendan a estar en la situación que el destino
les tenga reservada. A mí, mi abuelita, fue lo primero que me enseñó. Yo no me
lo podía imaginar. Cómo una niña iba a ser maestra de flores. Se empeñó en
enseñarme y aquí estoy. Es que… mi abuelita es un hada. Sí, de ésas que llevan
varita y todo. Es el hada de las flores y por eso yo estoy aquí.
Después de semejante discurso, la maestra niña les da a cada
flor un cuaderno y un lápiz de cera. En él, habrán de hacer un dibujo cada una.
Así transcurrirá el primer día del nuevo curso. Al final, serán regadas y alimentadas
convenientemente y, unas y otra, se dirán que tampoco está tan mal, que el
curso promete.
¿Y los dibujos? La maestra niña se los lleva para
enseñárselos a su abuelita. A la vista de ellos, se decidirá el destino de las
flores de ese curso… ¿Te lo imaginas?
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